lunes, 30 de junio de 2014



REQUIEM POR FEDERICO    








I

Lo mataron en Granada,
una tarde de verano
y todo el cielo gitano
recibió la puñalada...

Sangre en verso derramada,
poesía dulce y roja
que toda la vega moja
en amargo desconsuelo
«sin paño de terciopelo
ni cáliz que la recoja».


(Por cielos de ceniza
se va el poeta;
la frente se le riza
como veleta.
Toda Granada
es una plazoleta
deshabitada)

II

«Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos».
En la palma de sus manos
como un niño lo traían...

Las mujeres se rompían
los volantes de la enagua,
y el Darro bailaba el agua
en un triste soniquete
que sonaba a martinete
y a cante grande de fragua...

(¡Encended los faroles;
romped el velo;
cantad por "caracoles",
que viene el duelo!
¡Como una espada,
llevadlo, así, entre "oles"
por su Granada)

III

No te vayas buen amigo
quédate aquí con nosotros;
están soltando los potros
junto a lo verde del trigo...

Están soñando contigo
temblando de calentura,
gitanas de piel oscura
y brillante cabellera
y hay una boca que espera
morderte labio y cintura...

(Desnúdate deprisa,
que vengo herido;
quédate con la risa
como vestido...
Quiero beberte
y que luego dormido
venga la muerte...)

IV

«Rosa de los Camborios
gime sentada a la puerta»
medio viva y medio muerta
entre paños mortuorios.

A la luz de los velorios,
con pena de jazmín chico,
cual dos palomas sin pico
muestra sus pechos helados,
heridos y acuchillados
lo mismo que Federico.

(¡Que doble, bronce y plata,
la Vela, Vela,
que se ha muerto la nata
de la canela!
Mi bien amado
de limón y ciruela
va amortajado...)

V

«Ignacio Sánchez Mejías
con toda su muerte al hombro»
sale pálido de asombro
a las barandas sombrías...

Todas las ganaderías
mugen a la misma hora
y en el filo de la aurora,
junto a los bravos erales,
sobre el mar de los trigales,
la brisa también lo llora...

(¡Ignacio, dame el vaso
con el ungüento;
no puedo dar un paso,
ya no me siento!
Quiero abrazarte,
pero me ciega un viento
de parte a parte...)

VI

Dentro de su traje oscuro
te nombra Bernarda Alba...
la tarde pinta de malva
la rosa blanca del muro.

En la calle pisa duro
un caballo sin jinete;
dan en la torre las siete
y Angustias, con voz sombría,
solloza un Ave María
derrumbada el el poyete.

(Por la tapia del huerto
te llamé en vano...
¡Dime que no está muerto
Pepe, el Romano!

Ciego de zambra,
con un Ángel gitano
va por la Alhambra...)

VII

¿De quién es ese lamento
que sobre la noche rueda?...
De Marianita Pineda,
que está bordando en el viento...

Con hilos de sentimiento,
a la vez que borda y canta
y con mano fina planta
entre sangrientos jardines
una rosa de carmines
que enjoyará su garganta...

(¿Qué bordas, Marianita,
sobre esa tela?
La flor para una cita
que me desvela...
¡En seda cuaja
lo que Granada grita
que es su mortaja...)

VIII

«¡Hijo con un cuchillito
que apenas cabe en la mano»,
de tu romance gitano
cortaron la flor del grito!

¡Ay, qué dolor infinito
de pedernal y de rosa;
voy y vengo como loca
sin que consolarme pueda
porque ni un hijo me queda
para llevarme a la boca!

(Aquel traje de pana
que se ponía...
Aquella faja grana
que se ceñía...
¡Tanto cuidarlo,
y una flor de canana
para matarlo!).

IX

Desde su balcón volado,
pálida, triste y mocita,
te llama Doña Rosita,
con el aliento apagado...

Un heliotropo morado
le acuchilla las ojeras
y corta con sus tijeras
adormecidas de herrumbre
su corazón hecho lumbre
por cincuenta primaveras...

(¿Quién cambió los papeles
en el piano?
¿Quién secó los claveles
de mi verano...?
¡Ay, qué tormento!
¿Dónde estás, primo hermano,
que no te siento?)

X

Sobre el hoyo de la cama
donde su flor se le mustia
igual que un río de angustia
una mujer se derrama...

Llama en vano, llama y llama
al hijo que se le esconde...
¿En qué jardines, en dónde,
hallar mi nardo de esperma...?

Grito preñado de Yerma
al que el hijo no responde...

(¡A la nana, mi niño,
que es madrugada...!
¡A la nana, cariño,
flor de Granada!
¡Si yo pudiera
quedarme embarazada
yo te pariera!)

XI

«Antonio Torres Heredia
Camborio de dura crin»,
llora al filo de la media
noche por el Albaicín...

Suena la voz de un muecín
como una fuente delgada,
y desde Sierra Nevada,
una paloma doliente,
baja a besarle la frente
al poeta de Granada...

(¿A dónde vas, amigo,
con tu secreto?
Te llevarás conmigo
voz y soneto...
¡Cómo gemía
dentro de tu esqueleto
la poesía!)


Rafael de León



domingo, 22 de junio de 2014



Ballenas pirenaicas   


Hay ocasiones  en la vida en que todo se complica más de lo deseado y nos vemos inmersos en situaciones que nos producen dolor emocional cuando alguien a quien le tenemos profundo afecto atraviesa un momento difícil; si esta situación se prolonga ese sufrimiento amenaza con dejar su huella marcada largo tiempo sobre el alma  de aquellos que son partícipes obligados en ese inexplicable juego que a veces la existencia nos plantea.
Pero no es mi intención hablar sobre los hechos concretos sino de explicar mi personal manera de afrontar esta crisis normativa, para poder aportar  en la medida de mis posibilidades una visión constructiva al asunto en cuestión.
Alguien ( profesor ) una vez me dijo, “el primer impulso es casi siempre el mas acertado”, pero no es solo aplicable a un test , el cuerpo es intuitivo tanto para lo cognitivo como para lo emocional , solo debemos aprender a escuchar que nos pide en cada momento.
Pasear, eso me pedía el cuerpo y eso he hecho con asiduidad durante estas últimas semanas, he caminado multitud de kilómetros a lo largo y ancho de la Hoya de Huesca y Pirineos, marco incomparable y único que me brinda el lugar en el que vivo y al que pertenezco por nacimiento.
Cierto es que en situaciones en las que una compleja maraña emocional amenaza con hacerte perder el camino adecuado y plantea dudas sobre la buena o mala actuación de otros y de ti mismo hacia tan peliagudo asunto con sus posibles consecuencias, es fundamental mantener la mente clara; estar en contacto con la naturaleza me ha ayudado a lograr ese objetivo, yo, solo yo y mi silencio, el canto de las aves,  viento, olores a madera de pino y aroma a sencillez y pureza de mis preciosos pueblos pirenaicos, sin distorsiones de discursos ajenos, discusiones sobre emociones heridas y reproches.
En uno de esos paseos, mientras avanzaba a pie de sierra por un camino entre carrascas, recordé algo en lo que no pensaba desde niño y que me trajo por un instante profundas emociones que ya creía olvidadas.
En ese preciso momento Gratal , El salto del Roldán , pico Mediodía y todo el conjunto rocoso dejaron de ser piedra para dejar paso a una gigantesca ballena azul con su joroba al aire que emergía imponente sobre un  mar en calma que antes se me representaba como verdes  campos de trigo; en ese momento de ensoñación transitoria volví a mi esencia, a mi niñez y me recordó el punto de partida, quien soy, de donde vengo y me regalo el enfoque positivo que hoy tanto necesito,  claridad de pensamiento y paz interior.
Seguí buscando  en  mis recuerdos y encontré a un niño de tres años al que su abuelo Constantino  le regaló un libro de cetáceos del mundo que el hojeaba compulsivamente un día y otro día emocionado, unos meses mas tarde cuando su abuelo murió de forma trágica atropellado , en la casa de Costanilla de Sellán ,  ese niño miraba por la ventana de la pequeña cocina en brazos de su abuela Marisa, viuda ahora y lo tenia claro, esa gran masa de tierra en el horizonte sería para siempre ya una gigantesca ballena azul con su joroba al aire surcando el inmenso océano.
A día de hoy me entusiasma todo lo relacionado con el mundo natural , al que he dedicado muchas horas de estudio y observación , quizás en parte por culpa de ese libro de ballenas que me regalaron de niño; ya no recuerdo la voz de mi abuelo, pero si el olor a puro de la casa y el profundo afecto mutuo que nos demostramos durante nuestra breve convivencia en este mundo, ese sentimiento sigue mas vivo que nunca, solo tengo que mirar una montaña y pensar en mi ballena preferida…



SAUL



“Adjunto algunas fotos de Huesca, la mayoría tomadas por mi durante esos largos paseos, esperando que alguien también pueda con suerte, ver a mi ballena”